lunes, 8 de septiembre de 2008

Marca y calidad, y Goya



He podido ir al Museo del Prado unas cuantas veces (serán muchas cuando me canse, algo que parece difícil de prever). Es un sitio donde obras espectaculares terminan pareciéndonos mediocres porque hacia solo un minuto acabamos de ver otra aún más impresionante. Lamentablemente tendemos a comparar, se nos hace difícil ver las cosas por su unicidad, y descubrir que la belleza de cada cosa es única e igual de digna que la de otras... que difícil ponerlo en práctica!!
Curiosamente hace unos meses publicaron que "El Coloso" de Goya, no es de Goya. Es una obra que me encanta, la he visto y disfrutado con bastante pasión. Ahora me dicen que no es de Goya! ¿Acaso la obra ha perdido valor?, ¿Ya no se puede disfrutar igual?. Para muchos parece que si, como es de un segundón no es tan bonita. Pues no! Sigue igual de valiosa, cumpliendo con su función de dar disfrute a quien la mire.
He pensado que Goya es una marca con éxito (se lo ha ganado a pulso) y que per se porta garantía de disfrute. Ahora esta obra ha perdido la marca y por lo tanto la garantía así que con ignorancia se puede opinar que quizá se este perdiendo el tiempo mirando la obra pudiendo ver obras verdaderas de Goya al lado.
Esta ignorancia es la que nos lastra en muchos aspectos de la vida, nos hace perder autonomía, capacidad de criterio, de elegir por nosotros. Se puede extrapolar a la economía y a la política, y se puede ver lo ridículo que son nuestras conductas por ser fiel a una marca o a un slogan: voto a tal aunque no me guste porque es de izquierdas, a pesar de ver que un producto ha pasado controles de calidad, que es más barato compro otro porque es de marca, a pesar de que esta esta persona es más adecuada contrato a la otra porque estudio en X y no en Y. ¿Si no podemos desarrollar nuestro criterio como podremos ser personas de mayor provecho?, ¿Si no podemos descubrir las cosas buenas por nosotros mismos, y hemos de escuchar a lo que se considera mejor por consenso simplemente, a donde iremos a parar? Cuidado: la buena marca se ha ganado gracias a la buena calidad. La educación es mucho más que almacenar conocimiento.

miércoles, 20 de agosto de 2008

El número de Dunbar


Pasamos mucho tiempo socializando, es decir manteniendo relaciones, creando una red de contactos y compartiendo experiencia. Siempre me he sorprendido con aquellas personas que poseen conocidos en todas partes, que son personas muy agradables y a las que no les cuesta comenzar una relación de cualquier tipo o estar en el centro de la actividad social. Esa es toda una habilidad.
Ahora es más visible que nunca en Internet con las redes sociales (Facebook, Hi5...): allí uno puede ver cuantos contactos ha logrado hacer esa persona dentro de esa red. Hay números inmensos, dudo que alguien pueda realmente tener algún contacto estable con tantas personas. Aunque contactos hay de muchos tipos...
Estoy seguro de que a una red no la hacen buena la cantidad de contactos si no la calidad de su gestión. Si soy muchos y bien gestionados, pues mejor; lo veo poco factible. Imagino que habrá un óptimo. Sobre este óptimo se atrevió a teorizar Robin Ian Mc Donald Dunbar, antropólogo y profesor de Oxford.
Dunbar llego a la conclusión, a través de regresiones, de que el óptimo para los humanos de un grupo social medio es 147,8. Por lo que redondeando 150 es el número de Dunbar, aquel número de personas con las que una persona puede tener una red de contactos estable y bien socializada. Dunbar se basa en que la cantidad de contactos esta basada con la superficie del neocortex cerebral de los primates. Es decir que analizando la superficie del neocortex de diferentes especies de "monos" y el tamaño de los grupos sociales de estos, extrapolo que el número correspondiente al neocortex humano el número que hoy lleva su nombre.
Pero al analizar el crecimiento de las redes de contactos y los avances en comunicación creo, que o crecerá nuestro neocortex, o este hombre se equivoca. Imagino que habrá algo de ambas cosas, pero lo más probables es que no sabemos gestionar nuestras redes sociales de manera óptima y nos preocupamos por la cantidad.
¿Qué me dicén?

lunes, 28 de abril de 2008

Nulla dies sine linea


Un gran escritor me aconsejaba (desde su libro, ya desearía yo haberle conocido) que se aprende a escribir escribir escribiendo, que para escribir bien hay que escribir mucho. El latinismo nulla dies sine linea (ningún día sin una linea) hace referencia a ello. Escribir estando o no inspirado, escribir lo que toque escribir, ni más ni menos (con linea hace referencia a linea y no a páginas). Creo que es un gran consejo y de la mayor actualidad.
Estamos en un mundo donde la cooperación marca la pauta, donde el saber comunicarse es importante, donde dominar los entornos de comunicación es fundamental. Saber aprovechar las oportunidades que tenemos es básico para no quedarse fuera. El que tiene algo que aportar lo aportara escribiendo. La cuestión esta en escribir bien, y teniendo a quien escribir, un blog da la oportunidad de hacerlo.
Internet no solo ha cambiado todo, ella misma ya ha cambiado, estamos en la internet 2.0. Una internet en donde el usuario pasivo ha dejado de serlo. Ahora podemos crear, colaborar, trabajar... la nueva internet nos permite acceder a casi todo, se ha simplificado a un nivel en el que todos podemos dejar nuestra linea escrita en un nueva Biblioteca de Alejandría (ya se les llama neoalejandrinos a aquellos que quieren aportar a acumular toda la cultura de la humanidad en la red).
Por ello es que debemos fomentar el escribir cada día algo, para dejar de una vez el ser un actor pasivo en un mundo de constante cambio, y aprovechar que por primera vez en la historia no hace falta ser un Napoleón para hacer historia o un Herodoto para escribirla.

jueves, 27 de marzo de 2008

Esperanza


He tenido la suerte de poder viajar estos días. Un viaje increíble por Israel. El domingo he quedado pasmado con una imagen, no se si simbólica o que se corresponde con sentimientos reales, supongo que esto último. Ha sido en el Museo del Holocausto, en Jerusalén, allí en la sala más solemne dedicada a las victimas de la Solución Final he visto unas visto unas flores y una bandera alemana dejadas allí por Angela Merkel, la jefe de estado alemana y presidente de la Unión Europea.
Ver allí la bandera del país en el que se genero aquel vergonzoso, triste e inolvidable momento de nuestra historia, me mostró de que somos capaces de aceptar nuestras vergüenzas y aceptar que las cosas son y han sido como son y no como querríamos. En definitiva sentimientos que solo me generaron esperanza sobre las vías de solución de los problemas que nos esperan en los próximo años: sera la cooperación y no la violencia la manera de afrontarlos.
El mensaje es muy sencillo, no esta dirigido solo a altos dirigentes. Esta dirigido a todos, a todos aquellos que quieren llevarse bien con sus vecinos, sus compañeros, a todos los que afrontamos problemas día a día que se pueden solucionar con un simple: "lo siento".